Este diario informó el lunes que Sendra y Reboleira, que fueron invitados por el equipo hispano-ruso de espeleólogos Cavex Team a descender a esta cueva de 2.191 metros de profundidad, hallaron a -1.800 metros una nueva especie de escarabajo, el Catops cavicis, que es el único coleóptero observado a más de 1.000 metros de profundidad.

Ahora, los zoólogos de la Universidad de Navarra Rafael Jordana y Enrique Baquero, han identificado y descrito otras cuatro nuevas especies capturadas por Sendra y Reboleira. Todas ellas pertenecen al grupo de los colémbolos, invertebrados artrópodos muy numerosos y cercanos a los insectos, los arácnidos o los crustáceos. Se caracterizan por tener esqueleto externo y apéndices (patas, antenas, etc.) articulados, además de un órgano especial para saltar llamado furca. Debido a su modo de vida en la cueva, las cuatro nuevas especies poseen características específicas desarrolladas para sobrevivir en la ausencia total de luz y la poca disponibilidad de recursos alimenticios.

Ninguno tiene ojos y carecen de pigmentación (color). Se alimentan de los hongos que crecen sobre la materia orgánica. Cada una de las especies, cuyos ejemplares miden entre 1 y 4 milímetros, fue encontrada a una determinada profundidad.
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